Los aceites que se utilizan para la lubricación de cadenas deben garantizar una fácil penetración en los pasadores/casquillos y un buen agarre sin goteo. Estos lubricantes deben crear una película lubricante fuerte, que resista las cargas, con baja tendencia a dejar residuos aunque trabajen a temperaturas elevadas y una alta resistencia a la corrosión y al lavado por agua.